miércoles, 19 de junio de 2019

Él no se despidió

Como aire cálido escapando por una puerta recién abierta se marchaba, sin siquiera decirlo, sin siquiera despedirse. Se marchaba bajo el llanto de la noche preocupada, se marchaba bajo la luz de una luna de arroz que lo amó y marchita lo miraba mientras se alejaba.
En su cajón dejó hojas escritas y dejó cartas; dejó bocetos y dejó canciones sin terminar pero ningún "Adiós".. Ni siquiera en las paredes; ni siquiera entre las cuerdas ni en el interior de su guitarra, y mucho menos en sus cajas apiladas unas sobre otras.. Juro haber buscado en cada rincón de su alma y su corazón y no encontré nada. No, él no dejó un "Adiós", él no dejó nada, ni tampoco una señal de que iba a volver.. Mas marchar suele ser un dolor que ya nunca vuelve a doler, jamás.